Ahora, cuando nada gusta,
cuando ni siquiera el hogar parece un refugio
Me pregunto ¿para qué?, ¿Por qué?
Sería agradable agarrar con fuerza la almohada
Tomarme dos pastillas, y dormir.
Dormir placidamente, entre las sábanas y el silencio.
Esperando, dejando volar el tiempo;
que los sucesos transcurran sin conciencia
sin preocupación, sin responsabilidad.
Que pase lo que tenga que pasar,
pero que pase mientras duermo
con los ojos apretados para que no entre luz.
En un viaje marcharme lejos, sin equipaje
sin pasaporte, sin boleto de regreso.
Y solo volver, después, cuando ya nada importe,
cuando ya no recuerde como se pronuncia mi nombre.
Soñar, mientras pasa la tempestad.
No sentir la responsabilidad del dolor en el pecho
o la incertidumbre que se mantiene al asecho.
Ignorar. Dormir.
Soñar y olvidar.
Cuando, camino de mi aposento, pasaba bajo los predestinados salones de la Torre de Comares, recordé un texto que solía emocionarme en los días de mi infancia: “El destino se sienta en la triste y oscura almena, y al abrirse la puerta para recibirme, una voz en ecos sombríos a través de los patios, va diciendo una hazaña sin nombre...” -en Cuentos de la Alhambra de W. Irving.
sábado, 15 de mayo de 2010
martes, 4 de mayo de 2010
BOOK: La nueva tecnología
Una buena amiga me ha enviado este video. Me pareció genial.
Etiquetas:
Flipando en colores
Suscribirse a:
Entradas (Atom)