La esperanza se cansó de esperar sentada entre los rosales donde solo queda el esqueleto estéril de una débil sonrisa que en su columpio se mecía, con el pelo enmarañado, los pies descalzos y mameluco azul. La esperanza se cansó de gritar a la ventana y, sin dignarme a mirar, emprendió una carrera Dios sabe a dónde.
Cuando extrañé su figura juguetona correr con su red de mariposas, le busqué en cada habitación, en los cuadros, en las fotos y hasta en el viejo espejo sucio del salón. Fue entonces, después de mucho, acerqué mi mirada a la ventana, vi que el paisaje estaba recio, percibí la humedad, un vaho a hongo, un lejano olor a flores mustias. Me escoció la piel al sentir que se me agrietó el rostro, cuando me pareció escuchar un piano tocar Nocturno en C menor, y al darme la vuelta nadie tocaba el piano. ¡Yo sé que se cansó de pedir auxilio y nunca contesté!
El cu-cu marcó las 11 y la soledad le encontró inmóvil sentada a la mesa frente a cientos de herramientas que no sabía usar.
La esperanza se marchó desesperada ante mi inercia, ante mi mirada perdida entre miles de piezas que no sabía armar. Ahora sin ella, el jugo sabe a vinagre, el silencio muerde el alma y sigo esperando que doña Nada venga a buscarme, a que llegue la hora en que me pidan las cuentas de la administración, a que don OLVIDO me condene a una eternidad en sus mazmorras contando como las horas se van robando cada memoria en que ha quedado grabado mi rostro, o mi nombre o mi sombra.
Dan las doce. Hace frío y no hay luna. Alguien toca a la puerta. ¿Eres tú? ¿La Oscuridad?
MBC
Cuando extrañé su figura juguetona correr con su red de mariposas, le busqué en cada habitación, en los cuadros, en las fotos y hasta en el viejo espejo sucio del salón. Fue entonces, después de mucho, acerqué mi mirada a la ventana, vi que el paisaje estaba recio, percibí la humedad, un vaho a hongo, un lejano olor a flores mustias. Me escoció la piel al sentir que se me agrietó el rostro, cuando me pareció escuchar un piano tocar Nocturno en C menor, y al darme la vuelta nadie tocaba el piano. ¡Yo sé que se cansó de pedir auxilio y nunca contesté!
El cu-cu marcó las 11 y la soledad le encontró inmóvil sentada a la mesa frente a cientos de herramientas que no sabía usar.
La esperanza se marchó desesperada ante mi inercia, ante mi mirada perdida entre miles de piezas que no sabía armar. Ahora sin ella, el jugo sabe a vinagre, el silencio muerde el alma y sigo esperando que doña Nada venga a buscarme, a que llegue la hora en que me pidan las cuentas de la administración, a que don OLVIDO me condene a una eternidad en sus mazmorras contando como las horas se van robando cada memoria en que ha quedado grabado mi rostro, o mi nombre o mi sombra.
Dan las doce. Hace frío y no hay luna. Alguien toca a la puerta. ¿Eres tú? ¿La Oscuridad?
MBC
Me encanto Mel!!! Eso!!!
ResponderBorrarEl mood me recordo la casona donde habita Edward Scissors hands.
Se me ocurrio cuando escuchaba a Chopin mientras miraba por la ventana de mi piso. Pense que a la casa le hacia falta un reloj cu-cu o uno de esos del bong, y un piano (el cual no se tocar). Aveces me gusta escuchar una cancion con las luces todas apagadas (mmm una copa de champagne no vendria mal para acompanar el mood, pero no la tenia), no siempre la oscuridad es la enemiga, aveces me siento muy agusto bajo su velo.
ResponderBorrarWOW, Tim Burton, entonces te recordo algo que vale la pena
Unas imágenes preciosas e infalibles: Belleza. Saludos desde el último puerto de Occidente.
ResponderBorrarAlberto
Hola:
ResponderBorrarGracias por tu comentario. Es muy bien recibido. :-)
Saludos desde Vienna.
Con que Vienna... eh?? Vaya... qué hermosa es esta parte de la red...
ResponderBorrarEl tono figurativo de la composición es muy logrado y el final especialmente me pareció formidable. Muy bueno. Es una composición que desprende una sabia melancolía y una perspicacia de nostalgias.
ResponderBorrarSaludos Malena!