jueves, 7 de agosto de 2014

S. XVIII: un pasillo oscuro en la historia del mueble español.



Disclaimer:



Antes de comenzar deseo expresar que este documento y otros que escriba relacionados a la historia del mueble, del libro y otros objetos surgen del gusto y la curiosidad. La información que ofrezco proviene de investigaciones personales casuales e intermitentes. No están hechas con la intensión de servir con fuente de información fidedigna. Simplemente pretendo compartir aquellos datos que voy aprendiendo según leo y busco información. 


De joven estudie antropología, con miras de convertirme en arqueóloga. Pero como muy bien una vez me dijeron, y yo admito haberme ofendido. “Aunque te guste la arqueología, los temas, tú no eres arqueóloga. Los arqueólogos son niños que los sacaron demasiado pronto de la caja de arena”. La realidad es que poco se equivocó. La vida me llevó  por otros caminos y abandoné esa meta. Sin embargo, mi pasión por las artes decorativas, la historia, la literatura, las antigüedades jamás me han abandonado. Quizás, solo quizás, pude haber sido una buena anticuaria. ¿Quién sabe?

Gracias a que en mi vida he tenido la oportunidad de disfrutar vivir en varias ciudades importantes, he estado en contacto con el pasado, he ido aprendiendo y desarrollando preferencias como el folclore medieval y mi pasión romanticismo. La idea es ofrecer información a grandes rasgos para que otros, si dan con estas letras, ya con una base mínima, busquen información si les complace.  Mis ánimos de aprender me llevan a buscar información, a leer, a observar y de ese ejercicio, en el más puro sentido  aficionado, nacen estos escritos.



S. XVIII: un pasillo oscuro en la historia del mueble español.



Los cambios siempre tienen pasillos oscuros. Las transformaciones, por buenas que sean, traen consigo procesos de dolor, de silencio, de adaptación. En la travesía por los pasadizos oscuros  se gesta lo que luego florece como la historia,  y ese es el caso de la historia del mueble español durante el S.XVIII.

¿Por qué pasillo oscuro? ¿Quién no sufre luego de una guerra entre parientes? Imagínate si esos parientes son reyes y emperadores sedientos de poder, y más cuando ese poder radicar en las manos de un gran imperio con visos de decadencia.  Las consecuencias de la guerra de la Sucesión aplastarán  a “lo español”  y traerán gustos y estilos afrancesados.  

Luego de dos siglos, los Austrias tendrán que coger los restos de su poder  en sus maletas y abandonar la corona española en favor de Felipe de Anjou Borbón, nieto de Luis XIV y la Infanta María Teresa de Austria. Los Hamburgo, no quedarían a gusto con este poder de ascendencia francesa y se desata la Guerra de la Sucesión española (1701-1713).  A  grandes rasgos o como dicen por ahí los anglófilos “in a nutshell” ese es el triste panorama del pueblo español, pero vayamos al mueble. 

       el mobiliario en boga  



bureau con librero estilo gregoriano
Con el nieto del Delfín de Francia, nuevos preferencias se irán integrando a los intereses de la corte.  Uno de esos gustos que se introducirá entre las familias acaudaladas es el interés por lo social. Con esta sociabilidad surgen jardines y estancias dedicadas exclusivamente para recibir invitados y otras para realizar festejos. Si surgen habitaciones para recibir y entretener invitados, se necesitarán espacios para realizar tertulias y recitales musicales, salas de juegos y otras amenidades, y a su vez, se necesitarán nuevas para actividades íntimas para los residentes de la propiedad. Todas estas nuevas estancias necesitan ser decoradas con lo mejor de lo mejor de la ebanistería y arte. Espejos, cortinas, mesas, sillas, cuadros, relojes entre otras curiosidades profusamente decorados tendrán un lugar especial junto las maderas nobles y el mármol.   El estilo barroco francés (1700-1760) ocupará esos espacios dejando relegados al olvido, o áreas más íntimas los típicos muebles de la ebanistería española. Todo en nombre de las apariencias. Como hoy, ser cosmopolita estaba de moda.  


Bureau en madera de nogal estilo Carlos IV -finales S. XVIII
Gracias a la documentación recogida testamentos, en archivos de gremiales e inventarios se ha podido acumular información suficiente para tener un panorama, aunque algo difuso, la ebanistería local sufrió y sobrevivió el tsunami francés. Burós, Burós con librería, la cómoda, tocadores y otros muebles fueron muy bien acogidos por las clases acomodadas, sustituyendo así las arcas. 



Cómoda francesa panzuda, Luis XV- rococó
Los  testamentos muestran el valor que tenían los muebles para la sociedad del S.XVIII. Los inventarios de  muebles, algunas veces detalladamente descritos o simplemente junto a expresión como “ a la inglesa”,  muestra el valor adquisitivo de los mismos. Por lo tanto, contrario a lo que hacemos hoy, queda cierto número de años cambiamos muestra decoración,  probablemente los hijos de un causante tuvieran interés en adquirir ese mueble importado, o quizás de confección local. Las procedencias usuales son: Holanda, Inglaterra, Malta, Nápoles y Roma; sin olvidar mencionar Paris.  

Todos necesitamos comer, ¿no? Y una vez adquirido un estilo de vida, mantenerlo, ¿verdad? Los artesanos y comerciantes locales (al menos se tiene constancia de que así fue en Barcelona), buscaron la forma de mantener su industria viva. Había que reducir al máximo las importaciones, reducir la competencia extranjera que se asentaba en la ciudad y crear una producción capaz de competir con lo foráneo. Buscaron estar a la par con las últimas tendencias y crear muebles de la misma calidad o mejor que las importadas. El problema era convencer al barcelonés de que la producción local era tan buena como la importada. Para el S. XIX la Junta de Comercio pidió información a los distintos gremios sobre sus trabajos con la intensión de “fomentar la industria nacional”. Lo que demuestra claramente que la producción del mueble local continuaba en decadencia a pesar de los intentos gremiales de dar lo mejor de sí. 


Iré hablando de los muebles a través del S. XVIII- S. XIX en entradas venideras.




Lectura recomendada:

(El proceso de citar me parece engorroso, pero hay que darle el reconocimiento a quien te ha ofrecido la información. Como esto no es un escrito formal, no me preocupé por citar apropiadamente. Sin embargo, con la información que ofrezco y  el mínimo esfuerzo puedes encontrar a través del internet estos “papers”. El que los busque se dará cuenta de que muchas cosas de las que menciono, no se encuentran resumidas en esos “papers”. Utilice otras fuentes pero lamentablemente ya no las tengo debido a que nunca pensé en escribir este documento. Intentaré hacer mejor acopio de la bibliografía utilizada en las próximas entradas.)

FRANCO RUBIO, Gloria A. Cultura y mentalidad en la Edad Moderna. Mergablum, Sevilla (1998).


MATINEZ ALCAZAR, ELENA, “La sociabilidad doméstica y la decoración de las estancias de recibir en el ámbito murciano (1759-1808)”, Ars Longa, 21, 2012, pp. 335-349, ISSN: 1130-7099.


NADAL INIESTA, Javier, “El mobiliario doméstico en la Murcia de principios del XVIII (1700-1725), Imafronte,2006, 8, pp. 93-103.


PIERRA, M., "Cómodas y otros muebles de importación en los interiores domésticos barceloneses del S. XVIII"; en O. REY CASTELAO y R. LÓPEZ  (no la tengo completa).



Una buena bibliografía de trabajos sobre el Mueble Español  http://asri.eumed.net/3/bibliografia-historia-mueble-espanol.html




1 comentario:

  1. Me encanta los muebles de madera: las formas, las texturas, el olor, el color y sus historias. Al ver un mueble, nuevo o usado, no dejo de pensar en cuántos relatos pueden leerse en sus trazos. Muy buena tu idea, Mel. Gracias por compartirnos tus aprendizajes sobre un tema que nos apasiona a muchos. Te dejo un abrazo.

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