Entre la niebla, se divisa la pequeña luminaria de guardias que vigilan el horizonte desde la enorme torre azul; mientras los alfiles aguardan las instrucciones para movilizar las tropas hacia puntos estratégicos minuciosamente delimitados. ¡Ay!, pobres hombres militantes, que cuidan las tierras de sus amores y señor feudal, la oscuridad, la niebla, los sonidos nocturnos calan más profundo que el frío, que golpea con fuerza los ánimos de quienes no se dejan quebrantar.
La reina, dueña y señora, cubierta por un alo de silencio meditativo, desde el escritorio junto al ventanal de su majestuosa habitación, espera que todo marche como acordado, que nadie se equivoque, que no se mueva una hoja sin que ella lo prediga, confiando que el caballo, desde la distancia, cubra las bases que nadie mejor que el hará.
La Poderosa, se encuentra estudiando su próxima movida y a su vez vigila al Rey en su guarida. El tiempo, la lucha, el temor, innumerables estrategias y posibilidades dan vueltas en su cabeza una y otra vez, al tiempo que una voz en su corazón consistentemente pronuncia:
Cuida tu próxima movida, que el caballo vigile al Rey en su guarida... Cuidado que la vida no te gane la partida.
Cuida tu próxima movida, que el caballo vigile al Rey en su guarida... Cuidado que la vida no te gane la partida.
Interesante... y qué pasaba si le hubieran hecho jaque al Rey?, un alfil que dio la vida... una torre destrozada y la reina desahuciada.... me gusta. Saludos
ResponderBorrarSugestivo texto en donde se utiliza el ajedrez como medio para aludir complejas relaciones humanas. Creo que tiene un planteamiento elegante e inteligente, que se enriquece en cada nueva lectura con sentidos inéditos.
ResponderBorrarMuchas gracias, amiga
Que enfoque más curioso, diferente, hasta atractivo. Gracias
ResponderBorrarhasta atractivo? Eso es bueno o significa que es casi bueno?
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